Muchos profesionales sanitarios utilizan las redes sociales para acceder a la información de forma "pasiva". De hecho, las redes sociales facilitan la búsqueda de contenidos "relevantes" sobre un tema concreto, suscribiéndose a determinados usuarios/grupos/páginas, o utilizando los famosos "hashtags".
50 sombras de “fake”
Nuestros sentidos y nuestra intuición nos engañan. Se ha demostrado que las redes sociales acentúan el sesgo (sesgo mediático). Según Jean François Cliche, la mayoría de las veces se trata de "gradaciones de la verdad". La afirmación que se nos presenta contiene algo de verdad, una base factual real. Pero la información se malinterpreta, en mayor o menor medida, según los casos, porque está incompleta, carece de contexto, se ha malinterpretado o se manipula con un fin específico.
En lo que respecta a nuestra profesión de fisioterapeutas, bañada como todas en la generalización del uso de las redes sociales, sigue siendo siempre difícil por diversas razones no caer en una zona de confort intelectual.
Las redes sociales se han convertido progresivamente en la primera puerta de acceso a recursos científicos externos. Ante un flujo ininterrumpido de información, uno puede encontrarse en un estado de infobesidad, es decir, una sobrecarga de información que no deja lugar a la reflexión racional, sino más bien a un sesgo de confirmación (consistente en favorecer la información que refuerza las ideas propias).
Así que, por último, hay que preguntarse si uno adapta sus juicios y le "gusta" un escrito sólo si las conclusiones a las que se enfrenta no distan demasiado de él. Es la idea de que, si algo está demasiado alejado de aquello en lo que creo, o con lo que me siento cómodo, ni siquiera voy a prestarle mi atención, mi crítica o mi tiempo.
En lo que respecta a nuestra profesión de fisioterapeutas, bañada como todas en la generalización del uso de las redes sociales, sigue siendo siempre difícil por diversas razones no caer en una zona de confort intelectual.
Las redes sociales se han convertido progresivamente en la primera puerta de acceso a recursos científicos externos. Ante un flujo ininterrumpido de información, uno puede encontrarse en un estado de infobesidad, es decir, una sobrecarga de información que no deja lugar a la reflexión racional, sino más bien a un sesgo de confirmación (consistente en favorecer la información que refuerza las ideas propias).
Así que, por último, hay que preguntarse si uno adapta sus juicios y le "gusta" un escrito sólo si las conclusiones a las que se enfrenta no distan demasiado de él. Es la idea de que, si algo está demasiado alejado de aquello en lo que creo, o con lo que me siento cómodo, ni siquiera voy a prestarle mi atención, mi crítica o mi tiempo.
Desorden informativo, sí, pero...
Creemos que el aprendizaje del enfoque científico con una gran dosis de educación y transparencia es esencial para frenar estos grupos de(sin)formaciones. En cuanto hay datos, hay menos lugar para la emoción engañosa.
Para facilitarte la interpretación de nuestros artículos/síntesis e integrar los datos científicos en tu práctica con un mínimo de distorsión, el departamento científico de Kinesport ofrece un sistema de clasificación metodológica de sus publicaciones.
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