Opinión del centro científico Kinesport
Pegatina naranja
Pegatina naranja
Esta revisión sistemática es un artículo de riesgo de sesgo moderado. La red de calidad utilizada por los autores es antigua y no se adapta al diseño de cada artículo incluido. Además, los diseños de los artículos incluidos no se mencionan en la revisión. En consecuencia, la valoración de la calidad metodológica de los artículos incluidos en la revisión no parece óptima, ya que no permite conocer el riesgo de sesgo introducido en cada artículo analizado y, por tanto, saber qué resultados tener en cuenta para responder a la pregunta inicial.
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Jugadores de fútbol sanos de todas las edades, niveles de competición y género
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Estar expuesto a la fatiga física
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Datos de la condición de fatiga física antes y después
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Tener un registro del rendimiento cognitivo, técnico, físico y táctico de los jugadores
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No hay restricciones en el diseño del estudio
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Cognitivo
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Técnica
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Física
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Tácticas
Los estudios sobre el rendimiento cognitivo han mostrado resultados divergentes o variables según la tarea cognitiva requerida y el protocolo físico utilizado. En cuanto al rendimiento técnico, se identificaron efectos negativos de la fatiga física en los aspectos técnicos del pase, el regate y el chut. En cuanto al rendimiento físico, los estudios mostraron una reducción de la capacidad de esprintar y de las distancias recorridas a gran velocidad. Por último, el único estudio que analizó el rendimiento táctico en el campo mostró un aumento del comportamiento táctico colectivo del equipo, pero no incluyó el análisis de las acciones tácticas individuales de los jugadores.
En resumen, los resultados de los estudios revisados muestran que el efecto de la fatiga física sobre el rendimiento cognitivo no es concluyente y que el rendimiento técnico y físico se ve afectado negativamente. En cuanto al rendimiento táctico, la literatura actual carece de información sobre este tema.
Introducción
El fútbol es un juego de cooperación y oposición entre jugadores y equipos, que da lugar a una dinámica compleja e imprevisible. Así, el posicionamiento y la acción de los jugadores en el terreno de juego dependen de la organización de los compañeros de equipo, de los adversarios y de la información disponible en el entorno, que se presenta de forma dinámica y a lo largo del juego. Así, las diferentes situaciones y contextos del juego requieren comportamientos específicos y un gran número de decisiones por parte de los jugadores para resolver los problemas que se presentan durante el juego.
En este contexto, se exige cada vez más a los jugadores un buen desarrollo de las capacidades tácticas, técnicas, físicas y cognitivas para mantener el rendimiento deportivo. Además, el calendario competitivo de los equipos de fútbol a lo largo de las temporadas presenta una elevada carga de entrenamientos y partidos. Por ejemplo, algunos equipos juegan varios partidos con un tiempo de recuperación mínimo entre los sucesivos, e intercalan estos partidos con secciones de entrenamiento y viajes largos. Así, si el control de la carga no está bien hecho, puede afectar al rendimiento, repercutir en la calidad del juego y aumentar considerablemente el número de lesiones.
Durante los partidos oficiales y las sesiones de entrenamiento, los jugadores están expuestos a una gran variedad de exigencias físicas, como carreras, saltos, sprints, aceleraciones, desaceleraciones y
constantes cambios de dirección, que provocan alteraciones fisiológicas. Del mismo modo, los jugadores tienen que realizar un importante esfuerzo cognitivo para mantener altos niveles de atención, anticiparse a las acciones de los adversarios y tomar decisiones en un espacio y tiempo limitados, combinado con la presión constante del entorno (por ejemplo, situaciones de juego, adversarios, aficionados, etc.). Una consecuencia de estas exigencias es: la fatiga, una sensación de cansancio y debilidad, o la incapacidad de mantener la fuerza requerida o esperada durante y después del ejercicio, que es inducida por fenómenos multifactoriales.
La fatiga se produce cuando el grado de esfuerzo supera la capacidad del jugador para afrontar la tarea. En el fútbol, los jugadores experimentan una fatiga temporal durante el juego y hacia el final de los partidos. Por lo tanto, la fatiga se ha considerado como un factor potencial que influye en el rendimiento de los futbolistas. En los últimos años, la fatiga se ha estudiado desde una perspectiva física y fisiológica. Posteriormente, y desde un punto de vista práctico, la fatiga física aguda se caracteriza por cambios en el organismo que se traducen en cambios neuromusculares y respuestas metabólicas y psicométricas.
El ejercicio provoca daños microcelulares en el tejido muscular. Así, cuando una persona está físicamente fatigada, el proceso de recuperación muscular se ve afectado, lo que provoca una disminución de la eficacia del reclutamiento de las fibras musculares que controlan el movimiento, además de aumentar la probabilidad de sufrir una lesión. Así, cuanto más agotado físicamente está el jugador, más necesita ajustar sus movimientos y menos calidad suelen tener estas acciones durante el juego, ya que la fatiga física aguda provoca cambios neurofisiológicos que afectan al sistema nervioso central y alteran los movimientos a nivel motor y físico. Basándose en estos cambios, los investigadores identificaron que la fatiga física conduce a una disminución de la frecuencia de los movimientos, como las aceleraciones y los sprints, a una disminución de la distancia recorrida y de la velocidad de las acciones, a una reducción de la eficacia de los pases y de los tiros, y a un aumento de la incidencia de los goles en los últimos minutos de un partido.
Sobre esta base, los estudios sobre la fatiga física aguda, especialmente en el contexto del fútbol, le atribuyen efectos negativos sobre el rendimiento físico y técnico. En cuanto a los aspectos cognitivos y tácticos, se ha afirmado que pocos investigadores han prestado atención a estos aspectos, a pesar de que el rendimiento de los jugadores se diseña a partir de la interacción de elementos cognitivos, técnicos, físicos y tácticos. Además, las limitaciones en la evaluación del rendimiento de los jugadores podrían contribuir a conclusiones erróneas y a dificultades en la aplicación de los resultados en términos prácticos. Por lo tanto, entender los efectos de la fatiga física en el rendimiento de los jugadores desde una perspectiva cognitiva, técnica, física y táctica es necesario para el desarrollo de estrategias que puedan ayudar a los jugadores a hacer frente a esta condición durante un partido, así como para reducir la susceptibilidad de los jugadores a las lesiones.
Sobre esta base, los estudios sobre la fatiga física aguda, especialmente en el contexto del fútbol, atribuyen efectos negativos sobre el rendimiento físico y técnico. En cuanto a los aspectos cognitivos y tácticos, se ha afirmado que pocos investigadores han prestado atención a estos aspectos, a pesar de que el rendimiento de los jugadores se diseña a partir de la interacción de elementos cognitivos, técnicos, físicos y tácticos. Además, las limitaciones en la evaluación del rendimiento de los jugadores podrían contribuir a conclusiones erróneas y a dificultades en la aplicación de los resultados en términos prácticos. Por lo tanto, entender los efectos de la fatiga física en el rendimiento de los jugadores desde una perspectiva cognitiva, técnica, física y táctica es necesario para el desarrollo de estrategias que puedan ayudar a los jugadores a hacer frente a esta condición durante un partido, así como para reducir la susceptibilidad de los jugadores a las lesiones.
Dada la relevancia de este tema, el objetivo de este trabajo es revisar sistemáticamente los estudios disponibles en la literatura, para conocer el efecto de la fatiga física en el rendimiento deportivo de los futbolistas. Con ello, esperamos aportar información para comprender el rendimiento individual y colectivo de los jugadores sometidos a fatiga física, además de identificar oportunidades para futuras investigaciones e intervenciones, considerando la fatiga física como un factor condicionante del rendimiento cognitivo, técnico, físico y táctico de los futbolistas.
Materiales y métodos
Esta revisión sistemática se realizó de acuerdo con las directrices PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses). El protocolo fue registrado en la Plataforma Internacional de Protocolos Registrados de Revisión Sistemática y Meta-Análisis.
Bases de datos y estrategias de búsqueda
Las búsquedas de artículos científicos se realizaron del 01 al 03 de octubre de 2020 en las bases de datos electrónicas Web of Science (1945 a 2020), PubMed y SPORTDiscus. Los términos de búsqueda utilizados fueron: fútbol y "fatiga neuromuscular" o "fatiga muscular" o "fatiga física" o "esfuerzo físico" o "carga física" y rendimiento.
Extracción de datos
Todos los datos extraídos se registraron en un formulario preparado en Microsoft Excel (Microsoft Corporation, Readmon, WA, EE.UU.), adaptado del Grupo Cochrane de Consumidores y Comunicación.
Elementos de datos
Los artículos seleccionados se clasificaron según su calidad metodológica para determinar la fiabilidad de los datos. Los métodos utilizados para evaluar los resultados del rendimiento se extrajeron de los estudios, que evaluaron las condiciones físicas antes y después de la fatiga. En general, para el rendimiento técnico, los estudios evaluaron la capacidad del jugador para ejecutar los fundamentos técnicos (por ejemplo, pases, patadas y regates). En cuanto al rendimiento cognitivo, las variables analizadas por los estudios fueron la eficacia del jugador en la toma de decisiones (por ejemplo, la calidad y el tiempo de respuesta) y las capacidades perceptivas (por ejemplo, el tiempo de reacción, la atención y la búsqueda visual). Los resultados sobre el rendimiento físico se obtuvieron por la capacidad de sprint y la distancia recorrida por los jugadores. Por último, el rendimiento táctico se evaluó en función del comportamiento táctico colectivo del equipo (por ejemplo, los movimientos de sincronización y la dispersión de los jugadores). Se extrajeron los protocolos físicos de los artículos para obtener información sobre la fatiga física a la que fueron sometidos los jugadores. Para conocer el estado físico de los jugadores, se han tenido en cuenta las variables físico-fisiológicas utilizadas en los artículos. Además, se extrajo la siguiente información de los artículos seleccionados: autores y año de publicación; objetivos; descripción de la muestra; instrumentos; análisis/fuente de datos; y resultados.
Evaluación metodológica
Se utilizó una versión adaptada del formulario de calidad del riesgo de sesgo (16 ítems) para evaluar la calidad de los estudios. Cada ítem se evaluó en una escala binaria (1-cumple los criterios; 0-no cumple los criterios). La calidad de los elementos individuales se expresó como una puntuación final correspondiente a la suma de las puntuaciones que cumplían los criterios (1) dividida por el número total de elementos puntuados.
Los artículos se clasificaron según la puntuación final: calidad metodológica baja
(< 50%), buena calidad metodológica (entre el 51% y el 75%) y excelente calidad metodológica (> 75%), según la definición de los estudios anteriores.
Identificación y selección de estudios
La búsqueda inicial identificó un total de 788 artículos. Tras el proceso de cribado, se seleccionaron 146 artículos para su posterior lectura y análisis. Tras la lectura de los textos completos, se excluyeron otros 21 estudios porque no cumplían los criterios de elegibilidad relativos a los instrumentos y métodos utilizados (n = 14), la recuperación y la medición de la fuerza (n = 4) o el estudio de los aspectos biomecánicos (n = 3). Al final del procedimiento de selección, se incluyeron 12 estudios en la síntesis cualitativa y cuantitativa.
Extracción y síntesis de datos
Evaluación de la calidad. Los principales resultados relativos a la calidad de los estudios según las puntuaciones otorgadas se presentan en la Tabla 4. La puntuación media del análisis de la calidad metodológica de los 12 artículos incluidos en esta revisión fue del 77,80%. Además, siete artículos (58,34%) se clasificaron como de excelente calidad metodológica (>75%), cuatro artículos (33,33%) como de buena calidad metodológica (entre 51% y 75%), y sólo un artículo (8,33%) como de baja calidad metodológica (<50%).
Extracción y síntesis de datos. Tras los procesos de búsqueda y selección, se seleccionaron doce artículos para componer esta revisión sistemática. Desde un punto de vista cronológico, los estudios seleccionados fueron publicados entre 1996 y 2018.
Resultados del análisis
Se destacarán los principales resultados encontrados en los estudios seleccionados en relación con el rendimiento cognitivo, técnico, físico y táctico de los futbolistas.
Rendimiento cognitivo
En general, los estudios que han examinado el aspecto cognitivo han mostrado resultados divergentes sobre la precisión. La respuesta cognitiva suele variar en función de la tarea cognitiva empleada y del protocolo físico utilizado. A pesar de ello, la mayoría de los estudios incluidos en esta revisión sistemática indican que la velocidad/tiempo de respuesta a las tareas cognitivas tiende a mejorar tras una situación de esfuerzo físico.
Entre los estudios, se observaron diferencias metodológicas con respecto al protocolo físico utilizado y a la tarea de evaluación de la toma de decisiones. En el artículo de McMorris y Graydon (1996), los autores utilizaron un protocolo en el que se proyectaba en una pantalla la imagen de una escena ofensiva en una situación de 6 contra 6 y el jugador evaluado debía seleccionar la acción más adecuada del portador del balón (correr con el balón, tirar, pasar o intentar el regate). Fontana et al. (2009) evaluaron la toma de decisiones de las escenas ofensivas en una perspectiva en tercera persona, que proporcionaba una visión de todo el campo de juego. En este caso, el jugador evaluado debía elegir la acción más adecuada, entre cuatro opciones predefinidas, para el portador del balón. Según estos resultados, el conocimiento declarativo de los futbolistas parece no verse afectado por la fatiga física, ya que los jugadores fueron capaces de encontrar las mejores opciones para las situaciones presentadas en las pruebas, independientemente de su estado físico. Sin embargo, los investigadores deben ser cautelosos al interpretar estos resultados, especialmente al asociar la fatiga física con la mejora de la toma de decisiones (manteniendo la calidad de la toma de decisiones y disminuyendo el tiempo de respuesta). En este sentido, se necesitan más estudios para verificar esta relación y también para analizar si otras variables podrían haber influido en los resultados, por ejemplo la memoria de trabajo, las características de la prueba o el tipo de protocolo físico. Es importante destacar que el modelo psicobiológico de la fatiga, que tiene en cuenta el papel del esfuerzo en las respuestas de los jugadores, puede contribuir a la interpretación de los resultados de la toma de decisiones de los futbolistas en una situación de fatiga física. Este modelo asume que la regulación consciente (toma de decisiones) del ritmo de ejercicio está determinada por la motivación y, sobre todo, por la percepción del esfuerzo del jugador. En esta conjetura, el estado motivacional de los jugadores puede ser un factor que influya en su toma de decisiones bajo la fatiga física, lo que puede contribuir a la reducción observada en el tiempo requerido para que los jugadores completen la tarea manteniendo la precisión de la decisión. En este sentido, las futuras investigaciones también deberían tener en cuenta estos aspectos psicobiológicos y aplicar tareas de toma de decisiones más validadas ecológicamente.
Por otro lado, Casanova y sus colegas (2013) demostraron que el ejercicio intermitente tiene un impacto negativo en los procesos perceptivos, de procesamiento de la información y de anticipación de los jugadores de élite y sub-élite. Sin embargo, la disminución del rendimiento observada en el grupo de élite fue menor en comparación con el grupo de sub-élite. Los futbolistas de élite también sufrieron pequeños cambios en el patrón de búsqueda visual, además de adaptarlo para extraer la información necesaria incluso en situaciones de alta exigencia física. Estos resultados sugieren que el ejercicio intermitente tiene efectos negativos en los procesos perceptivo-cognitivos de los jugadores de fútbol, lo que puede llevar al jugador a tomar peores decisiones durante el juego y, por tanto, presagiar una disminución de la eficiencia táctica, lo que difiere de los resultados presentados por McMorris y Graydon (1996) y Fontana (2009).
En cuanto a la percepción, aunque no se utilizó una prueba específica para el fútbol, el estudio realizado por Lemmink y Visscher (2005) concluyó que no había diferencias en el tiempo de reacción, las respuestas correctas, incorrectas y fallidas al comparar las respuestas visuales de los jugadores entre los grupos de control (sin esfuerzo físico) y experimental (ejercicio físico intermitente). Sin embargo, los resultados mostraron una mejora en el tiempo de reacción y un aumento en el número de respuestas correctas cuando se compararon las respuestas entre bloques del protocolo de intervención física en el grupo experimental. Estos resultados sugieren que esta mejora puede estar relacionada con las características del protocolo físico, que puede haber generado una mayor excitación de los aspectos neuronales y promovido la acumulación de neurotransmisores en el cerebro. Una explicación similar se ha discutido en estudios que muestran una relación positiva entre el ejercicio y el tiempo de respuesta/reacción en tareas de tiempo de reacción simple y de elección, lo que significa que las respuestas son más rápidas durante el ejercicio.
En particular, esta mejora podría deberse a la compensación inconsciente de otros aspectos del juego que se vieron perjudicados, como el físico. En deportes como el fútbol, es importante elegir eficazmente la acción correcta en el momento adecuado durante un partido. Numerosos estudios han indicado que para alcanzar un alto nivel de rendimiento se requiere no sólo una ejecución precisa de la conducta motriz, sino también habilidades perceptivas y cognitivas consistentes. Por lo tanto, este hallazgo es interesante, ya que unas habilidades perceptivo-cognitivas bien desarrolladas podrían ayudar a los jugadores a mantener su rendimiento en una situación de fatiga.
Por último, el estudio de Fry ́bort y sus colegas (2016) encontró un aumento en el tiempo de respuesta dirigido a la motricidad (percibir, procesar la información, tomar la decisión y ejecutar la acción motora) después de la fatiga física, aunque la capacidad de elegir la opción correcta, es decir, la calidad de la toma de decisiones, no se modificó. El aumento del tiempo de respuesta visomotora puede atribuirse a la acumulación de sustrato energético (k+, I+, lactato y creatina quinasa-CK) durante el protocolo físico y a la pérdida de eficacia del mecanismo de reclutamiento neuromuscular que, en consecuencia, altera la biomecánica del gesto técnico, generando un aumento del tiempo de ejecución de la acción.
Rendimiento técnico
En cuanto al rendimiento técnico, los resultados sugieren que la fatiga física afecta negativamente a los fundamentos técnicos del pase, el regate y la patada. Estas acciones están relacionadas con el movimiento motor. Hasta ahora, las investigaciones en este ámbito han indicado que la fatiga física influye negativamente en el rendimiento muscular de las piernas y en la biomecánica del movimiento. En este sentido, las bases técnicas que dependen de la precisión y la eficacia del movimiento tienden a verse afectadas negativamente por la fatiga física. En cuanto a la base técnica del pase, Russell, Benton y Kingsley (2011) observaron una disminución de la precisión de este gesto técnico. Del mismo modo, Rampinini y sus colegas (2008) también encontraron efectos negativos de la intervención física en relación con el pase, con una disminución de la precisión del pase corto y un aumento de las penalizaciones por errores cometidos. En el mismo estudio, los autores también encontraron una correlación negativa entre la distancia recorrida en el test de recuperación intermitente del Yo-Yo Nivel 1 y la precisión de paso, indicando que el aumento de la distancia recorrida en el test de recuperación intermitente del Yo-Yo Nivel 1 era perjudicial para el ingeniero de rendimiento. Estos resultados corroboran con otros estudios que han demostrado que las acciones que implican movimiento y los ajustes motores necesarios se ven afectados negativamente por la fatiga física (Fry ́bort et al., 2016). En general, ambos estudios evaluaron los fundamentos técnicos del collarín mediante tareas predefinidas bajo presión de tiempo y adoptaron la precisión como criterio de evaluación. Sin embargo, no se analizó el efecto de la fatiga física sobre este fundamental en una situación de juego, en la que los jugadores son libres de elegir cuándo y
cómo es más apropiado realizar el pase. En este sentido, sería interesante para futuros estudios evaluar la velocidad de pase del balón (índice que se calcula dividiendo el número de pases por el número de contactos con el balón). El análisis de esta métrica podría utilizarse para identificar la intensidad del juego, ya que cuanto más se acerque el valor a uno, mayor será la intensidad del juego. Este análisis podría hacer avanzar la literatura y mejorar la comprensión de cómo los jugadores físicamente fatigados gestionan sus acciones cuando están en posesión del balón.
Con respecto al rendimiento del regate, el estudio de Stone y Oliver (2009) mostró que los jugadores sometidos a un protocolo físico de 45 minutos tardaron más en completar la tarea de regate. Por otro lado, Russell, Benton y Kingsley (2011) sometieron a los jugadores a un protocolo de juego de fútbol simulado de 90 minutos y comprobaron el mantenimiento de la precisión, el porcentaje de precisión y la velocidad media de regateo de los jugadores tras el protocolo físico. La dinámica del juego de fútbol permite a los jugadores autocontrolar su ritmo. Luego, en situaciones de fatiga física aguda o durante la última fase del juego, los jugadores tienden a reducir el ritmo como estrategia para mantener el rendimiento. Esta premisa parece darse en el caso del regate, principalmente en las tareas de tiempo/penalización, como los estudios utilizados para investigar este aspecto táctico. Así, durante parte del entrenamiento o durante el juego, los entrenadores podrían buscar actividades y estrategias que promuevan los pases cortos, priorizando la posesión del balón y evitando las situaciones de enfrentamiento 1 contra 1, ya que aumentan el riesgo de perder el balón. Además, el estudio de Barte y colaboradores (2020) observó que la base técnica de la interceptación de pases no depende del estado físico y fisiológico del jugador, ya que no hubo cambios en el número de intentos ni en el porcentaje de respuestas correctas de interceptación tras inducir la fatiga física. Sin embargo, los jugadores se sentían menos motivados para realizar la acción de interceptación cuando estaban sometidos a la fatiga física. Esta falta de motivación puede estar relacionada con el hecho de que las decisiones tomadas durante el partido de fútbol están influidas por factores individuales y contextuales, además de por factores motivacionales y emocionales. En este escenario, los resultados del estudio realizado por Barte y colegas (2020), parecen ocurrir porque, aunque la tarea cognitiva utilizada involucra aspectos físicos, cognitivos y técnicos, no hay presencia de factores contextuales, que pueden haber limitado la motivación de los jugadores para realizar la tarea.
Otras investigaciones se han propuesto investigar el efecto de un protocolo físico en la base técnica del tiro. El estudio de Stone y Oliver (2009) demostró que los jugadores mostraban una disminución de la precisión de tiro tras la fatiga física. También en este contexto, el estudio de Ferraz, Tillar y Marques (2012) observó una reducción de la velocidad media y máxima de tiro. La pérdida de calidad del tiro puede sugerir que el jugador tendrá más dificultades para encuadrar el tiro a puerta y, en consecuencia, para marcar el gol, después de una gran demanda de esfuerzo físico durante el partido.
Sobre esta base, aunque el aumento de la frecuencia de los goles en los momentos finales del partido se ha relacionado con el desgaste físico de los jugadores, también se pueden relacionar con este aumento otros aspectos, como la fatiga mental, la sensación de cansancio y la falta de energía que se experimenta durante el partido debido a las numerosas situaciones de decisión. Los estudios demuestran que los jugadores mentalmente cansados cometen más errores tácticos y toman peores decisiones. Así pues, si consideramos que en la fase defensiva los jugadores están sometidos a una presión constante para no cometer errores, ya que cometerlos en esta fase puede suponer una pérdida de organización y seguridad defensiva y un aumento de las posibilidades de tiros a puerta por parte del equipo contrario, parece plausible deducir que la fatiga mental también puede considerarse como un posible factor que influye en el rendimiento de los jugadores. Por lo tanto, en términos prácticos, la frecuencia de los goles encajados en los momentos finales puede considerarse el resultado de aspectos multifactoriales.
Rendimiento físico y táctico
En cuanto al rendimiento físico, se destaca el impacto negativo de la fatiga física en la capacidad de los jugadores para realizar sprints. Además, en el estudio realizado
por Small y sus colegas, los jugadores en situación de fatiga física mostraron cambios en el patrón biomecánico del movimiento de sprint y, en consecuencia, un mayor riesgo de lesión en los isquiotibiales. Por el contrario, en la situación de juego, hubo un aumento de las acciones de aceleración y de las distancias recorridas a intensidades bajas y moderadas, además de una reducción de las distancias recorridas a alta intensidad. Esta incongruencia de resultados parece deberse a la dinámica de los juegos reducidos, que ofrecen mayor libertad a los jugadores para ajustar sus esfuerzos y modificar el ritmo de juego. En una situación de juego, cuando la percepción del esfuerzo aumenta debido al elevado esfuerzo físico, el jugador tiende a modificar o adaptar su movimiento y su ritmo de desplazamiento, para evitar la caída del rendimiento técnico y cognitivo. Este hallazgo también se destaca en el estudio de Coutinho y sus colegas (2018), que investigaron los efectos de la fatiga física en el comportamiento táctico colectivo en el fútbol. En situaciones específicas de juego reducido, se constató un aumento de la sincronización entre los jugadores. En general, los jugadores comenzaron a actuar de forma más compacta. En relación con el juego, esta mayor cercanía entre los jugadores supuso una disminución del espacio efectivo de juego, una menor dispersión de los jugadores en el campo y un comportamiento colectivo más estable. Estos resultados se atribuyeron a una estrategia colectiva para superar los efectos negativos de la fatiga física en la intensidad de los movimientos del equipo. Como en el fútbol los jugadores realizan esfuerzos físicos durante 90 minutos, cuya intensidad varía constantemente durante el partido, la fatiga física y, en consecuencia, sus efectos parecen ser momentáneos durante el partido. Así pues, el grado de sincronización exhibido entre los jugadores de los equipos no debe interpretarse necesariamente como un comportamiento táctico sólo en los momentos finales del partido, ya que también pueden producirse ocasionalmente a lo largo del mismo.
Limitaciones del estudio, investigaciones futuras e implicaciones clínicas
Debido a la falta de estudios realizados con enfoques similares, ha sido difícil aportar pruebas sólidas del efecto de la fatiga física en el rendimiento de los jugadores, principalmente en lo que respecta a los aspectos cognitivos y tácticos. En general, las pruebas cognitivas utilizadas mostraron una escasa representatividad con el juego del fútbol. Además, faltan estudios que investiguen los efectos de la fatiga física en el rendimiento táctico colectivo e individual de los futbolistas. Por último, los estímulos metabólicos de la mayoría de los protocolos físicos utilizados distaban mucho de las exigencias físicas y metabólicas del juego del fútbol. La suma de estos aspectos puede influir en los resultados encontrados, además de dificultar su interpretación y, en consecuencia, la aplicación de estos conocimientos en el contexto práctico del juego del fútbol.
Dadas estas limitaciones, es necesario que los futuros estudios busquen utilizar protocolos para inducir la fatiga física con estímulos metabólicos similares a las demandas físicas y fisiológicas del juego de fútbol, y que utilicen tareas evaluativas más representativas (in vivo o in vitro) en relación con el contexto de la modalidad. Además, el rendimiento deportivo no debe analizarse de forma aislada, ya que el juego de fútbol es de naturaleza dinámica y presenta una serie de factores que surgen e interactúan durante el mismo. Por lo tanto, se sugiere que los futuros estudios utilicen un enfoque más holístico, proponiendo analizar el efecto de la fatiga física en los aspectos cognitivos, tácticos, técnicos y físicos, con el fin de ampliar el horizonte de conocimientos sobre este tema. La comprensión de esta relación puede tener un impacto positivo en la planificación de las actividades de entrenamiento para el desarrollo de los jugadores, con el objetivo de que el contenido se ajuste a los requisitos específicos del juego.
Conclusiones
Según los resultados analizados en esta revisión sistemática, se puede concluir que la fatiga física tiene un efecto negativo en el rendimiento individual de los futbolistas. Sin embargo, muchos de los estudios analizados aquí presentan diferencias metodológicas, como el uso de diferentes protocolos para inducir la fatiga física y el uso de diferentes tareas de evaluación del rendimiento (tácticas,
cognitivas, técnicas y físicas). También es importante señalar que muchos de los protocolos y tareas utilizados por los estudios distan mucho de la realidad del juego del fútbol, hecho que debe tenerse en cuenta a la hora de interpretar estos resultados.
Artículo de referencia
Dambroz F, Clemente FM, Teoldo I. The effect of physical fatigue on the performanceof soccer players: A systematic review.PLoS One. 2022 Jul 14;17(7):e0270099. doi:10.1371/journal.pone.0270099