Efectos a medio plazo de la enfermedad de Osgood-Schlatter sobre la función de la rodilla en jóvenes futbolistas de élite de la academia

Kinesport

Introducción

La enfermedad de Osgood-Schlatter (OSD), o tracción de la tuberosidad tibial, es frecuente en atletas varones de entre 12 y 15 años que realizan saltos y aceleraciones frecuentes, y está directamente relacionada con el volumen de entrenamiento. La prevalencia de esta afección es del 14-21%, con un inicio de los síntomas en torno a los 13,7 años, edad en la que se asocian el pico de crecimiento y el aumento de peso. Los factores patogénicos clave en el desarrollo de la OSD son las microfracturas del núcleo óseo de la tuberosidad tibial. Otros factores de los que se ha informado en la literatura que favorecen el desarrollo de la OSD incluyen la participación deportiva regular durante la adolescencia, cuerpos del músculo recto femoral más cortos y una inserción más proximal y ancha del tendón rotuliano. Los signos clínicos característicos son el derrame y el dolor alrededor de la tuberosidad tibial, que se acentúa al levantar peso o hacer ejercicio. La mayoría de los síntomas son unilaterales (70-75%) y duran de 1 a 24 meses, con una reducción espontánea en el 90% de los casos, normalmente tras la desaparición de los núcleos de osificación tibial. El tratamiento principal es la gestión de la carga o el abandono completo del deporte. Es importante señalar que el 43% de los OSD se combinan con tendinopatía rotuliana o edema óseo de la tuberosidad tibial.
Opinión del centro científico Kinesport
Pegatina naranja
Este estudio observacional transversal es un artículo con un riesgo moderado de sesgo. De hecho, se respetan la mayoría de los principales criterios metodológicos, pero no se describen algunas partes del método (análisis estadísticos y cálculo del tamaño de la muestra). Además, las herramientas de medición utilizadas (cuestionarios IKDC y KOOS) no están referenciadas por su fiabilidad y validez en esta población de estudio. Por lo tanto, los resultados de este estudio deben tomarse con cautela, ya que pueden estar sobrevalorados o infravalorados con respecto a la realidad.
Durante mucho tiempo se ha asumido que la OSD es un trastorno del crecimiento y que, por lo tanto, no tiene consecuencias funcionales a largo plazo en la rodilla. Sin embargo, si no se trata, puede producirse una disfunción a largo plazo y una reducción de la calidad de vida, como demuestran Krause et al, ya que el 76% de los pacientes no tratados siguen experimentando molestias en la rodilla.
En la actualidad, la mayoría de los estudios que analizan los síntomas a largo plazo de la OSD se centran únicamente en la población general, lo que no puede aplicarse a los deportistas que están sometidos a un estrés mecánico mucho mayor.
Por ello, otros estudios han tratado de evaluar la función de la rodilla en futbolistas jóvenes de distintos niveles, edad y sexo con enfermedad de Osgood-Schlatter mediante cuestionarios. Los dos más utilizados fueron el International Knee Documentation Committee (IKDC) y el Knee Injury and Osteoarthrosis Outcome Score (KOOS).
Estos dos cuestionarios se consideraron válidos y fiables, por lo que se eligieron para este estudio, cuyo objetivo era evaluar el impacto de la OSD en futbolistas jóvenes de élite sobre la función de la rodilla más de 12 meses después del tratamiento. La hipótesis es que presentarán un deterioro de la función de la rodilla en comparación con los futbolistas jóvenes sin antecedentes de OSD.

Método

Este estudio transversal incluyó a jóvenes futbolistas de élite que jugaban en academias, dividiéndolos en un grupo de control (n=36) para los sujetos con antecedentes de OSD y un grupo de control (n=36) para los sujetos sin antecedentes. Todos los participantes empezaron a jugar al fútbol a los 6-7 años y realizaban entre 6 y 7 sesiones de entrenamiento a la semana. Todos los datos se recogieron de una sola vez en junio de 2021.

El diagnóstico de OSD se realizó sobre la base de los síntomas de los sujetos (dolor gradual en la zona de la tuberosidad tibial), las quejas (aumento del dolor en sprints, saltos y sentadillas) y las pruebas clínicas (dolor a la palpación de la tuberosidad tibial). Se utilizaron resonancias magnéticas y radiografías para descartar cualquier otro diagnóstico posible.
El periodo de tratamiento se consideró el tiempo transcurrido entre la aparición de los síntomas que requerían restricciones del entrenamiento y el momento en que los síntomas se habían reducido significativamente, permitiendo la reanudación de la actividad sin restricciones ni procedimientos médicos o fisioterapéuticos.

Los criterios de exclusión fueron cirugía, formación reducida o interrupción de la carrera, posición de cuidador y negativa a participar en el estudio.

Las variables analizadas fueron: época del año de aparición de los síntomas (verano, otoño, invierno o primavera), lugar de la lesión inicial (unilateral o bilateral), duración del tratamiento, duración entre el final del tratamiento y el inicio del estudio, superficie del campo de entrenamiento (césped o sintético) y recurrencia de los síntomas. La recurrencia se caracterizaba por la reaparición de los síntomas en los 3 meses siguientes a la finalización del tratamiento, lo que provocaba de nuevo restricciones en el entrenamiento.

El protocolo de tratamiento fue conservador para todos los participantes e incluyó fisioterapia, reducción de la carga de entrenamiento, relajación del cuádriceps y, a continuación, recarga progresiva. Ningún paciente fue sometido a cirugía ni a interrupción completa del entrenamiento. El tratamiento consistió en fisioterapia para estirar el recto femoral, 4 veces 10-12 repeticiones por semana durante el periodo de entrenamiento reducido, y luego 3 veces por semana al reanudar el ejercicio completo. Los jugadores también recibieron 10 sesiones de ondas magnéticas, 5-7 aplicaciones transcutáneas de cloruro cálcico a la semana y crioterapia GameReady durante 15 minutos después de cada sesión.

Resultados

En primer lugar, cabe señalar que los dos grupos no presentaban diferencias significativas en cuanto a edad, estatura, peso e índice de masa corporal.

El tiempo medio transcurrido desde el final de los síntomas hasta el inicio del estudio fue de 31± 19 meses, la edad media de inicio de los síntomas de OSD fue de 12,9± 1,2 años y la duración media del tratamiento fue de 18,5± 12 días. La aparición de OSD fue más importante en invierno (33%) y primavera (31%).
Las lesiones eran principalmente unilaterales (97%), y se observó recurrencia de los síntomas en el 19% de los sujetos con un retraso de 40± 37 días. Por último, el 75% de los jugadores que desarrollaron la enfermedad de Osgood-Schlatter entrenaron en campos sintéticos.

Las puntuaciones IKDC y KOOS fueron significativamente inferiores en el grupo de control (una puntuación alta corresponde a una buena función de la rodilla). En cuanto a la puntuación KOOS, los resultados fueron significativamente inferiores en el grupo de control en las 5 subcategorías: síntomas, dolor, actividad de la vida diaria, deporte y ocio, calidad de vida.
El uso de antiinflamatorios fue mucho mayor en el grupo de control (36% de uso) que en el grupo control (3%). El uso de AINE fue ocasional en el 22% de los sujetos, frecuente en el 8% y regular en el 6%.

Debate

Este estudio demostró que, incluso después de recuperarse de la OSD y volver por completo al entrenamiento, los jóvenes futbolistas seguían teniendo molestias funcionales y dolor en la rodilla, lo que les llevaba a utilizar con más frecuencia antiinflamatorios. Sin embargo, esto no les impediría volver al nivel profesional.

En este estudio transversal, el 97% de los sujetos presentaban síntomas unilaterales, lo que contrasta con un estudio anterior de Bezuglov et al en el que los síntomas bilaterales estaban presentes en el 43% de los sujetos. Esto podría explicarse por el hecho de que este estudio se centró en la lesión inicial, mientras que el estudio anterior analizó todos los síntomas de la OSD. Deberían realizarse más investigaciones, ya que una proporción de pacientes con OSD bilateral describen síntomas en una sola rodilla.

También es importante recordar que otra posible causa de dolor anterior de rodilla es la tendinopatía rotuliana y que presenta similitudes con la OSD en cuanto a desarrollo, síntomas y factores de riesgo, sobre todo en futbolistas. El tratamiento de la tendinopatía rotuliana puede llevar más tiempo que el de la OSD, y un tratamiento inadecuado puede conducir a su cronicidad. Por lo tanto, los profesionales sanitarios deben ser conscientes de las dos afecciones y de sus similitudes/diferencias, y deben confirmar su diagnóstico por imagen rápidamente en caso de duda.

El estudio también detectó una mayor prevalencia de TOS en invierno y primavera. Esto podría explicarse por una menor exposición al sol durante estos periodos, lo que provoca una deficiencia de vitamina D. La relación entre la OSD y la deficiencia de vitamina D ya ha sido descrita en un estudio previo de futbolistas tunecinos por Smida et al.

Los resultados de este estudio muestran que los jóvenes futbolistas con OSD siguen jugando a nivel profesional, pero aún faltan datos sobre el posible deterioro de su rendimiento. Los resultados encontrados concuerdan con un estudio de Guldhammer et al que demostró que los adolescentes con antecedentes de OSD seguían presentando molestias funcionales en la rodilla y una disminución de la puntuación KOOS 4 años después del tratamiento. Algunos siguieron restringiendo sus actividades, lo que podría causar una disminución del rendimiento y/o de la calidad de vida.

Otra cuestión en este estudio fue la mayor prevalencia de uso de fármacos antiinflamatorios en sujetos con antecedentes de TOS. Se ha descrito que el uso de AINE puede plantear riesgos para la salud de los deportistas, ya que pueden provocar hemorragias intestinales, disminuir la síntesis proteica o retrasar la cicatrización ósea. En este estudio, la prevalencia del uso de AINE fue del 36% en los sujetos con TOS, en comparación con sólo el 3% en el grupo de control. En la actualidad, no existen estudios sobre el uso de AINE en jóvenes futbolistas de élite, pero sería interesante examinar sus efectos a medio y largo plazo en futuras investigaciones.

 Limitaciones

Este estudio tiene algunas limitaciones, en particular un periodo de observación relativamente corto y la falta de medidas objetivas de la funcionalidad de la rodilla. Sería interesante seguir investigando la causa subyacente que limita la función de la rodilla. Por último, sería interesante analizar las variables de rendimiento físico y técnico entre los sujetos con antecedentes de OSD y los sujetos de control. 

Conclusión

La enfermedad de Osgood-Schlatter en futbolistas jóvenes de élite se resuelve con bastante rapidez y no les impide volver a los entrenamientos y partidos habituales. Sin embargo, puede tener efectos negativos a largo plazo sobre la función de la rodilla y provocar el uso frecuente de antiinflamatorios en estos jugadores, mientras que los deportistas sin antecedentes de esta afección toman muy pocos. Se sabe que estos fármacos tienen efectos adversos para la salud a largo plazo, por lo que los entrenadores y los profesionales de la salud deben estar atentos para prevenir este riesgo. 

Artículo de referencia

Bezuglov E, Pirmakhanov B, Ussatayeva G, Emanov A, Valova Y, Kletsovskiy A, Khaitin V, Usmanova E, Butovskiy M, Morgans R. Efecto a medio plazo de la enfermedad de Osgood-Schlatter sobre la función de la rodilla en jóvenes jugadores de academias de fútbol de élite. Phys Sportsmed. 2022 nov 22:1-6. doi: 10.1080/00913847.2022.2148492. Publicación electrónica antes de impresión. PMID: 36413052.