Un enfoque estructurado de las patologías de hombro en los deportistas de alto nivel

Kinesport
El dolor de hombro se observa con frecuencia en los atletas que trabajan por encima de la cabeza. El diagnóstico y el tratamiento suelen ser difíciles debido a múltiples factores. Sin embargo, estos pacientes pueden clasificarse en tres grupos principales en función de las exigencias específicas de sus deportes:
  • Lesiones causadas por pinzamiento interno (pinzamiento posterosuperior y pinzamiento anterosuperior)
  • Lesiones causadas por inestabilidad macro o microtraumática adquirida con pinzamiento interno secundario
  • Lesiones causadas por dolor del manguito rotador debido a hiperlaxitud/inestabilidad multidireccional
Aquí se presenta un enfoque estructurado para la evaluación de estos atletas y se sugieren factores clave específicos para definir la mejor opción de tratamiento.
Opinión del centro científico Kinesport
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Una revisión narrativa no tiene una metodología estandarizada y, por lo tanto, no se puede evaluar su calidad metodológica con cuadrículas de lectura estándar. Los resultados deben tomarse con cautela, en forma de hipótesis, para ser validados por estudios con bajo riesgo de sesgo cuyo diseño se adapte a la pregunta de investigación.

Consideraciones generales

Se conocen lesiones traumáticas y por sobrecarga específicas del hombro en muchos deportes por encima de la cabeza. Sin embargo, las alteraciones de la fuerza, la flexibilidad y la cadena cinética pueden dar lugar a adaptaciones específicas del deporte y desencadenar lesiones por sobrecarga progresiva. Por otra parte, los atletas que practican deportes por encima de la cabeza también son propensos a sufrir lesiones traumáticas directas.

Por lo tanto, puede producirse la combinación de inestabilidad, desequilibrios de la fuerza del manguito de los rotadores (CdR), déficit de rotación interna glenohumeral (GIRD), discinesia de la escápula y estabilidad del tronco, así como los subsiguientes déficits de fuerza y amplitud de movimiento (ROM) de la cadera, desencadenando la denominada cascada de lesiones. La mayor parte de la bibliografía sobre este tema se centra en los lanzadores de béisbol, aunque la alta velocidad angular de la rotación interna también se observa a menudo en el tenis, el balonmano y el voleibol, así como en otros deportes distintos del lanzamiento, como la natación.

Los factores de riesgo establecidos deben evaluarse cuidadosamente para diagnosticar de forma fiable la patología subyacente con el fin de facilitar el programa preventivo de entrenamiento y rehabilitación, con el objetivo último de acelerar la vuelta al juego. Esto implica tanto el diagnóstico como el tratamiento eficaz del deportista. Por ello, es esencial una comprensión básica de la patología causante. Este artículo presenta los modelos explicativos actuales del complejo sintomático del hombro en alto y una guía compacta que tiene en cuenta las "cinco claves" para un diagnóstico preciso y una planificación terapéutica dirigida. Además, se presenta un enfoque estructurado para clasificar mejor estas patologías en función de los requisitos específicos del deporte.

Clasificación de las patologías según el tipo de deporte

El dolor de hombro en los deportistas puede producirse en varios deportes. Las causas de este dolor pueden ser una lesión traumática sufrida, por ejemplo, por un jugador de balonmano debido a un contacto directo con el adversario. Otra razón podría ser la sobrecarga específica del hombro que sufre el elevado número de repeticiones de un atleta de lanzamiento como la jabalina. Un nadador experimentará una sobrecarga diferente debido a las tensiones específicas que se generan en el hombro al nadar.

Debe tenerse en cuenta que, dado que esta revisión se centra en los atletas de altura, otros deportes como la halterofilia, el crossfit, la gimnasia, etc. no se tienen en cuenta en los 3 grupos siguientes.

Por lo tanto, proponemos agrupar a los pacientes en 3 grupos en función de su deporte específico y de las características patológicas generales asociadas al mismo.

 Grupo 1: Lesiones causadas por conflicto interno (conflicto posterosuperior y conflicto anterosuperior)

En general, el pinzamiento medial es un fenómeno fisiológico normal que describe el contacto entre la tuberosidad mayor y el borde glenoideo posterosuperior cuando el hombro se encuentra en posición de abducción y rotación externa.

Aunque esta característica anatómica impide una rotación externa excesiva, las secuencias repetitivas de abducción y rotación externa combinadas, como las que se dan habitualmente en los deportes por encima de la cabeza, pueden provocar un pinzamiento interno sintomático. En este caso, el CdR articular posterosuperior y el labrum posterosuperior están atrapados entre la tuberosidad mayor y el borde glenoideo. Aunque la biomecánica precisa de esta afección sigue siendo objeto de debate, los datos actuales sugieren que el desarrollo del pinzamiento interno sintomático es multifactorial e implica la remodelación fisiológica del hombro, la retracción capsular posterior y la discinesia escapular.

Durante algún tiempo se argumentó que el aumento de la traslación glenohumeral anterior en posiciones combinadas de abducción y rotación externa, como resultado del debilitamiento progresivo de la cápsula anterior, favorecería el pinzamiento interno sintomático. Sin embargo, esta hipótesis fue finalmente refutada, sugiriendo que el aumento de la inestabilidad anterior es en realidad protector contra el pinzamiento interno, lo que dirige la atención hacia otros patomecanismos.

En 2003, Burkhart et al. postularon que una GIRD inicia alteraciones anatómicas, que potencialmente pueden conducir a otras patologías del hombro en el atleta lanzador. Las cargas acumuladas en la parte posterior del hombro durante la fase de desaceleración del movimiento de lanzamiento provocan lesiones por esfuerzo repetitivo y la consiguiente cicatrización del tejido blando posterior. En consecuencia, la retracción capsular posterior provoca la migración posterosuperior de la cabeza humeral. Mientras que la tensión capsular posterior conduce a una disminución de la aducción horizontal y de la movilidad rotacional interna, la posición posterosuperior de la cabeza humeral, por otro lado, permite que la tuberosidad mayor rote externamente en mayor medida antes de hacer contacto fisiológicamente con el borde glenoideo posterosuperior. La posición posterosuperior de la cabeza humeral también puede explicar la inestabilidad anterior percibida en estos pacientes, ya que permite una mayor traslación glenohumeral anterior sin subluxación o luxación real.

 Grupo 2: Lesiones causadas por inestabilidad macro o microtraumática con conflicto interno secundario

La pérdida progresiva de la rotación interna seguida de un aumento de la rotación externa puede provocar una lesión por esfuerzo repetitivo de la cápsula anterior. Las lesiones del grupo 2 suelen afectar a jugadores de balonmano que presentan
  • Lesiones traumáticas agudas del hombro que se producen principalmente durante el complejo movimiento de lanzamiento
  • Sobrecarga del hombro que provoca una microinestabilidad repetitiva de la articulación glenohumeral.

Dado que el hombro se coloca con frecuencia en abducción y rotación externa, la articulación corre un alto riesgo de luxación traumática, cuando un jugador es empujado, tirado o desequilibrado durante el ataque, o cuando un defensa intenta bloquear el disparo de un atacante. Las lesiones suelen incluir desgarros del labrum antero-inferior (lesiones de Bankart), incluida la pérdida ósea, lesiones traumáticas de la CdR y lesiones SLAP.

Además de afectar a los tejidos blandos que rodean la articulación glenohumeral, esta adaptación también puede provocar una remodelación ósea. Puede producirse daño condral, incluida la formación de quistes y una pérdida ósea significativa, lo que provoca una mayor inestabilidad articular y efectos devastadores a largo plazo.

 Grupo 3: Lesiones causadas por dolor asociado al manguito de los rotadores debido a hiperlaxitud/inestabilidad multidireccional

Deportes como la natación requieren un gran ROM y flexibilidad de la articulación. En última instancia, se sabe que se producen eventos de inestabilidad tras sufrir un traumatismo que conduce a la luxación de la cabeza humeral. Sin embargo, también se ha descrito que la carga repetitiva del complejo cápsulo-ligamentario de la articulación glenohumeral provoca inestabilidad recurrente, principalmente subluxación. Lógicamente, se ha descrito que los deportistas de cabeza son víctimas de eventos de tipo subluxación, principalmente debido a lesiones por esfuerzo repetitivo.
Además de las lesiones mencionadas, los episodios repetitivos de microinestabilidad sin antecedentes aparentes de luxación de hombro provocan una pérdida propioceptiva de la cápsula con estiramientos repetitivos que interrumpen la retroalimentación de los receptores capsulares.
Con la discinesia escapular, esto puede causar déficits de reclutamiento y alteraciones de la transmisión a la cadena cinética. Posteriormente, la cabeza humeral no consigue centrarse en la glenoides, lo que provoca una subluxación reducida espontáneamente y fatiga periescapular, favoreciendo el dolor, la tensión de cizallamiento en el complejo de anclaje del bíceps y la tendinosis del manguito de los rotadores.

Evaluación estructural y clínica basada en las 5 claves

Además de los grupos generales de patologías, en los deportistas con dolor de hombro se encuentran determinadas estructuras patológicas que pueden evaluarse clínicamente: 
  • Movimiento y coordinación de la escápula
  • ROM glenohumeral
  • Estabilidad "conjunta" local y estabilidad "central" global
  • Complejo tendinoso del bíceps
  • Función del CDR

 Movimiento y coordinación de la escápula

Existe un conjunto de pruebas que postulan una correlación positiva entre la disfunción escapular manifiesta y el dolor crónico de hombro en los atletas que se desplazan por encima de la cabeza. Se ha demostrado que la discinesia escapular aumenta el riesgo de dolor crónico de hombro. Curiosamente, una posición escapular anómala puede provocar una disminución de la distancia acromioclavicular, que también puede verse favorecida por la rigidez de los tejidos blandos, la tensión del músculo pectoral menor y la rigidez posterior de la cápsula glenohumeral.

 Amplitud del movimiento glenohumeral

El déficit de rotación interna glenohumeral (GIRD) puede manifestarse ya en las primeras fases de los cambios patológicos en curso, por lo que forma parte integrante de la evaluación de la movilidad glenohumeral. Aunque los efectos de los déficits de rotación interna siguen siendo objeto de debate, estudios recientes apuntan a la relevancia de la rotación interna limitada para la patología del hombro en atletas. Sin embargo, aún no se ha determinado con certeza si la reducción de la rotación interna se debe a cambios fibróticos en la cápsula posterior, a una resistencia insuficiente del infraespinoso o a cambios conformacionales en el hueso humeral.

La rotación interna debe evaluarse en decúbito supino, con el brazo en abducción de 90° y la escápula fija. En general, una pérdida de rotación interna de 30-40° con una disminución del arco total de movimiento en relación con el hombro contralateral puede considerarse patológica. Además, en esta posición puede evaluarse el acortamiento de las estructuras ventrales (m. pectoralis minor).

 Estabilidad "conjunta" local y estabilidad "central" global

Clínicamente, se evalúa la estabilidad articular y del tronco de los pacientes mediante pruebas clínicas rutinarias:
  • Inestabilidad anterior y posterior: pruebas de carga y movilización, prueba de reubicación, prueba de aprehensión
  • Integridad del ligamento glenohumeral medial: prueba de Gagey
  • Inestabilidad inferior: prueba de hiperabducción 
  • Inestabilidad posterior: prueba de Kim y prueba de Jerk (sensibilidad de cada prueba 80%, la combinación de ambas pruebas da una sensibilidad del 97%)
  • Inestabilidad multidireccional (MDI): evaluación de los criterios de Beighton
Además, debe realizarse una resonancia magnética para evaluar si hay daños en el labrum, aumento de tamaño de la cápsula o signos de luxación anterior (lesión de Hill-Sachs).

Además de la estabilidad articular, deben evaluarse la estabilidad y la disfunción de la columna torácica, la hipercifosis, la inestabilidad del segmento lumbar, así como el ROM y los déficits de fuerza de la cadera.

 Complejo tendinoso del bíceps

Las lesiones anteroposteriores del labrum superior (lesión SLAP) y las lesiones del complejo tendinoso del bíceps pueden examinarse mediante una serie de maniobras de provocación de eficacia variable para diagnosticar la patología del labrum. Sin embargo, un diagnóstico correcto requiere una combinación de sospecha clínica, examen detallado y modalidades avanzadas de diagnóstico por imagen.
Posteriormente, la RM debe indicarse en pacientes con sospecha de lesiones SLAP, ya que se ha descrito una alta sensibilidad (90%). Además, la artrografía por resonancia magnética (RM) también puede ser una herramienta útil, ya que permite una visualización detallada de la anatomía del labrum.

 Función del manguito de los rotadores (CdR)

En el caso del CDR, la atención se centra en detectar daños en el tendón supraespinoso/infraespinoso y un desequilibrio de fuerzas entre los rotadores externos e internos. Además, pueden realizarse pruebas de provocación. Por último, la correlación entre la fuerza de rotación externa e interna puede evaluarse mediante pruebas isocinéticas. 

Consideraciones terapéuticas 

El principal tratamiento para el dolor de hombro en los atletas por encima de la cabeza es no quirúrgico. El objetivo es garantizar que el deportista siga siendo capaz de rendir a un alto nivel sin sufrir más lesiones. El objetivo es restablecer una distribución equilibrada de las fuerzas y los movimientos articulares, así como la función escapulo-torácica. La rehabilitación implica el control neuromuscular y el fortalecimiento del manguito rotador, enseñando al paciente a co-contraer el manguito rotador. También debe hacerse hincapié en el ejercicio para el control, el equilibrio y la fuerza de los músculos escapulares. Según Cools et al, el objetivo principal es (1) restaurar la flexibilidad de los tejidos blandos periescapulares y (2) aumentar el rendimiento muscular periescapular.

Por último, en los pacientes con lesiones SLAP y patología del complejo tendinoso del bíceps se requiere un entrenamiento progresivo, con cargas progresivas graduadas en la cabeza larga del bíceps y haciendo hincapié en los ejercicios de trapecio y rotación interna. En los pacientes con antecedentes de luxación traumática del hombro (Grupo 2), la reparación artroscópica de Bankart anteroinferior o el refuerzo capsular están muy indicados si la inestabilidad es la patología subyacente.

En la literatura actual, se recomienda el tratamiento no quirúrgico para los atletas lanzadores con hiperlaxitud o MDI (Grupo 3), haciendo hincapié en el posicionamiento escapular, el fortalecimiento de la CdR y los ejercicios propioceptivos para mejorar la estabilidad y el centrado de la cabeza humeral. El tratamiento quirúrgico sólo debe reservarse para la MDI refractaria o los pacientes con dolor intenso alrededor de la entesis del bíceps largo o luxación de la CdR.

Conclusión práctica

  • Los deportistas de alto nivel con dolor de hombro pueden dividirse a grandes rasgos en tres grupos según la carga específica del deporte y los patrones de lesión.
  • Es necesario evaluar cinco factores clave para determinar los cambios morfológicos específicos y las adaptaciones patológicas del hombro.
  • Este enfoque estructurado ayuda a comprender la patología principal y la elección individual de la modalidad de tratamiento.

Referencia del artículo

Beitzel, K., Muench, L.N., McCarty, E. et al. A structured approach to shoulder pathologies in overhead athletes. Obere Extremität 17, 21-26 (2022). https://doi.org/10.1007/s11678-021-00676-3