Opinión del centro científico Kinesport
Pegatina verde
Pegatina verde
Esta revisión sistemática es un artículo de bajo riesgo de sesgo, ya que se cumplen todos los criterios metodológicos principales para limitar y controlar el sesgo en su estudio en la medida de lo posible.
Además, la mayoría de los estudios se centran exclusivamente en poblaciones deportivas, sin un grupo de control que permita comparar la prevalencia de los componentes de la tríada para sacar conclusiones más sólidas. Por lo tanto, el objetivo principal de esta revisión fue investigar sistemáticamente el impacto del deporte en el estado energético de las atletas profesionales en comparación con los controles sedentarios y recreativos con respecto a su estado menstrual y la densidad mineral ósea (DMO). Un resultado secundario fue la evaluación de la prevalencia combinada de los componentes de la tríada de las atletas en comparación con las no atletas.
Método
Se realizó una revisión sistemática de la literatura en las bases de datos MEDLINE, Scopus y CENTRAL en febrero de 2020.
Los estudios que se consideraron elegibles fueron los que examinaron el estado energético junto con el estado menstrual y la densidad mineral ósea (DMO) en mujeres deportistas profesionales en edad reproductiva en comparación con mujeres no deportistas de la misma edad (sedentarias o con actividad recreativa). Se excluyeron las revisiones, así como los estudios en animales, los estudios no originales, las cartas al editor, los estudios de casos y los estudios sin grupo de control.
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Características del estudio
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Características de la población (número de mujeres deportistas/activas/sedentarias, edad, tipo de deporte, altura, peso, edad, IMC, porcentaje de grasa corporal)
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Características del estado energético (ingesta diaria media, gasto energético diario medio durante el ejercicio, masa corporal magra, niveles de disponibilidad energética)
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Patrones menstruales (normal, amenorrea primaria, oligomenorrea, amenorrea secundaria)
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Niveles de DMO
Se utilizó la escala Newcastle-Ottawa (NOS) para evaluar la calidad de los estudios incluidos.
Resultados
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Todos los estudios eran transversales
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3 estudios se realizaron en América y 1 en África
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El número total de mujeres deportistas profesionales era de 175
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El número total de no deportistas fue de 161
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La mayoría estaban en edad escolar
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Los tipos de deportes eran variados e incluían a corredoras, tenistas, bailarinas y atletas universitarias
Disponibilidad de energía
En todos los estudios, la disponibilidad de energía se calculó indirectamente mediante la siguiente fórmula:
Todos los estudios registraron las conductas alimentarias de ambos grupos mediante cuestionarios para determinar la prevalencia de deportistas y no deportistas con trastornos o alteraciones alimentarias.
" Disponibilidad energética = ingesta energética media diaria (kcal/día) - gasto energético medio diario (kcal/día) / masa corporal magra (kg)
Todos los estudios registraron las conductas alimentarias de ambos grupos mediante cuestionarios para determinar la prevalencia de deportistas y no deportistas con trastornos o alteraciones alimentarias.
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En tres estudios, los niveles de energía eran más bajos en las deportistas profesionales que en las no deportistas; por lo tanto, la baja disponibilidad de energía clínica era más común en el grupo de las deportistas
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Sin embargo, en un estudio no se observaron diferencias, con una prevalencia similar de baja disponibilidad de energía entre los grupos
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La baja disponibilidad de energía fue común en la población deportiva en dos de los cuatro estudios: los trastornos alimentarios se desarrollaron con igual frecuencia en los grupos examinados, y la mayoría de las deportistas con baja disponibilidad de energía subclínica tenían trastornos alimentarios subclínicos en un estudio.
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En el estudio de Hoch et al., los participantes obtuvieron puntuaciones bajas en los cuestionarios de trastornos alimentarios, ya que sólo el 4% de las deportistas y el 6% de los no deportistas presentaban trastornos alimentarios clínicos.
Estado menstrual
En cuanto a los trastornos menstruales, todos los estudios coinciden.
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77 de 175 deportistas desarrollaron trastornos menstruales, en comparación con 29 de 161 no deportistas, confirmados por cuestionarios o por análisis de perfiles hormonales.
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Las manifestaciones clínicas predominantes de los trastornos menstruales fueron la oligomenorrea y la amenorrea primaria o secundaria en los casos más graves.
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Además, el uso de anticonceptivos orales se consideró un criterio de exclusión en la mayoría de los estudios (3/4).
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Otro resultado importante se obtuvo en el estudio de Doyle-Lucas et al. que mostró que el grupo de mujeres con trastornos menstruales tenía al mismo tiempo trastornos de la alimentación.
Densidad mineral ósea (DMO)
La DEXA es el método recomendado para evaluar la DMO en mujeres premenopáusicas. De acuerdo con las directrices establecidas por la Sociedad Internacional de Densitometría Clínica (ISCD), se determinaron puntuaciones Z (ajustando la DMO de los individuos a los controles emparejados por edad y sexo) para cada zona de densidad ósea respectiva en tres de los estudios.
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Curiosamente, un estudio no mostró diferencias en la DMO total ni en las puntuaciones Z, aunque los valores medios eran más bajos en el grupo de mujeres que en el de no deportistas. Por el contrario, las puntuaciones Z de la columna vertebral posterior-anterior y del fémur fueron mayores en las mujeres deportistas profesionales, aunque no mostraron ninguna diferencia en comparación con las no deportistas. Sin embargo, la yuxtaposición del estado menstrual con la DMO mostró un deterioro progresivo de las puntuaciones Z desde el estado menstrual óptimo hasta los trastornos menstruales.
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En otro estudio, los niveles de DMO eran comparables entre los profesionales y los no deportistas, tanto en la columna lumbar como en todo el cuerpo. Cuando se consideraron las puntuaciones Z, 6 deportistas profesionales (25%) y 7 adolescentes no atléticas (33,3%) tenían una puntuación Z ≤ -1,0, sin que hubiera diferencias entre estas frecuencias, mientras que la puntuación Z ≤ -2,0 DS sólo se mostraba en una mujer no atlética (4,8%), a la que se le identificó una DMO baja para la edad cronológica según los criterios de la ISCD.
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Del mismo modo, en el estudio de Hoch et al, los no deportistas con una puntuación Z ≤ 2,0 eran más numerosos que los deportistas profesionales (10% frente al 3%). Los mismos resultados se observaron para las puntuaciones Z entre -1,0 y -1,9, con 16 no deportistas frente a 11 deportistas profesionales (20% frente a 13%).
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Sin embargo, en los corredores de élite, debido a la falta de disponibilidad de la DEXA, la DMO se estimó con un densitómetro óseo por ultrasonidos en el calcáneo (talón), lo que dio una indicación de la diferencia en la DMO estimada entre los profesionales y los no deportistas. En este estudio concreto, la DMO estimada del calcáneo tendía a ser mayor en las mujeres atletas profesionales que en las no atletas.
Prevalencia de los componentes de la tríada
Todos los estudios midieron la prevalencia de la tríada, así como la frecuencia concomitante de dos componentes del síndrome en ambos grupos.
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Muia et al. descubrieron que las deportistas profesionales eran significativamente más propensas que las no deportistas a tener una combinación de baja disponibilidad de energía y trastornos menstruales. Sin embargo, no se examinaron las asociaciones entre los trastornos menstruales, la baja disponibilidad de energía y la baja DMO.
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Doyle-Lucas et al. encontraron resultados similares para la presencia concomitante de baja disponibilidad de energía y trastornos menstruales. Con respecto a estos últimos resultados, sólo seis de los atletas desarrollaron los tres componentes de la tríada.
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En el estudio de Oliveira Coelho et al, sólo una atleta de ambas poblaciones tenía todos los componentes de la tríada del atleta, mientras que 12 atletas profesionales desarrollaron simultáneamente dos componentes del síndrome. Aunque los no deportistas tenían un único componente del síndrome con una frecuencia variable, ninguno tenía dos o más elementos de la tríada.
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En el estudio de Hoch et al., sólo un participante de cada grupo desarrolló los tres componentes del síndrome. Sin embargo, el déficit energético con trastornos menstruales se desarrolló en 14 profesionales y 8 no deportistas (18% frente al 10%), mientras que el déficit energético con baja DMO se observó en 3 profesionales y 4 no deportistas (4% frente al 5%). Se observó la presencia de trastornos menstruales asociados a una baja DMO en 6 profesionales y 8 no deportistas con un estado energético óptimo.
Discusión
Esta es la primera revisión que examina sistemáticamente la prevalencia de la baja disponibilidad de energía combinada con los trastornos menstruales y la baja densidad mineral ósea (DMO) en las mujeres deportistas profesionales en comparación con las no deportistas. En otras palabras, esta revisión sistemática evaluó la prevalencia del síndrome de la tríada de la deportista teniendo en cuenta que la definición de la tríada se modificó en 2007. La principal conclusión de este análisis es que el síndrome es más prevalente en las deportistas profesionales que en las no deportistas en la mayoría de los estudios, con la excepción de un estudio en el que la prevalencia de la tríada fue la misma en ambos grupos.
La prevalencia de la baja disponibilidad de energía asociada a los trastornos menstruales fue mayor en las deportistas profesionales que en las no deportistas. Asimismo, cada uno de los componentes de la tríada, tomados por separado, era más frecuente en los deportistas profesionales. Sin embargo, un estudio demostró que, aunque los trastornos menstruales eran comunes en las atletas profesionales, los dos grupos tenían niveles de energía comparables y, por tanto, una prevalencia equivalente de baja disponibilidad de energía.
Conclusión
- Las deportistas profesionales están sujetas a una baja disponibilidad de energía o a componentes aislados de la tríada de la deportista
- Debido al limitado número de estudios que examinan la incidencia de los componentes de la tríada en mujeres no deportistas, no es posible en este momento sacar conclusiones definitivas sobre el riesgo de una baja disponibilidad de energía y el subsiguiente desarrollo de trastornos menstruales y baja DMO.
- Las pruebas disponibles demuestran que los no deportistas también son propensos a una baja disponibilidad de energía de cualquier fuente y a la posterior aparición de los componentes de la tríada.
- Por lo tanto, es imperativo que en futuros estudios se examine la tríada de la mujer deportista no sólo en las deportistas profesionales, sino también en las niñas y en las mujeres no deportistas, desde el punto de vista del estado energético, ya que éste es la piedra angular de la tríada.
- Es esencial seguir investigando sobre este importante tema y elaborar programas educativos sobre la tríada para entrenadores, atletas y padres. Educar a los deportistas sobre los componentes y los posibles riesgos para la salud del síndrome desempeña un papel importante en la prevención de la tríada del deportista.
Referencia del artículo
Skarakis NS, Mastorakos G, Georgopoulos N, Goulis DG. Deficiencia energética, trastornos menstruales y baja densidad mineral ósea en mujeres deportistas: una revisión sistemática. Hormonas (Atenas). 2021 Sep;20(3):439-448. doi: 10.1007/s42000-021-00288-0. Epub 2021 Abr 22. PMID: 33884586.